Ajedrez Terapéutico
Ajedrez terapéutico, jaque mate a las adicciones
España es el «referente principal» en trabajar con las herramientas del ajedrez con niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
Psiquiatras y psicólogos españoles han dejado de ver el ajedrez como un juego o un deporte y son los primeros del mundo en utilizarlo como un instrumento de apoyo en sus terapias a personas con adicciones y patologías mentales, niños con déficit de atención (THD) e incluso con reclusos.
Uno de los mayores especialistas en este campo es Juan Antonio Montero Aleu, el psicólogo y presidente del Club de Ajedrez Magic de Extremadura, que dirige desde 2010 una experiencia piloto en la Comunidad Terapéutica «La Garrovilla» (Mérida) donde tratan las adicciones al alcohol y las drogas.
Montero desarrolló un método basado en las técnicas del ajedrez para recuperar habilidades como la memoria, la atención, el razonamiento lógico y el espacial.
Entrevistado por Efe, el periodista Leontxo García, experto en ajedrez, afirma que España es la «primera referencia mundial» en explorar las «aplicaciones sociales» del tablero.
Holanda y Ciudad de México destacan en el uso terapéutico del ajedrez en autistas y en personas con síndrome de Down, «pero en conjunto, donde más se ha avanzado ha sido en España», subraya.
«España es el referente principal» en trabajar con las herramientas del ajedrez con niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad(TDAH), en enfermos con el síndrome de Asperger, en la rehabilitación de adicciones, en personas ciegas y en las cárceles o en los centros de menores, asevera.
Leontxo García ha visto en primera persona los efectos de este entrenamiento en adictos que cuando llegaron a La Garrovilla tenían el cerebro «poco menos que destrozado» por el consumo de drogas y alcohol y «un año después hacían exhibiciones de memoria y de concentración».
Los resultados de esta experiencia llegaron a oídos del director médico de la Red de Salud Mental de Álava, Fernando Mosquera, un psiquiatra que se confiesa aficionado al ajedrez, que fue a Mérida para ver en qué consistía el novedoso programa y ensayarlo en el País Vasco.
La experiencia piloto se está llevando a cabo en el Centro de Orientación y Tratamiento de Adicciones de Vitoria (COTA) con un programa de seis meses en cuya primera edición participaron personas que arrastrabanpatologías duales (varias adicciones y trastornos psicopatológicos) desde hace 14 años de media.
El año pasado lo probaron con 22 hombres y mujeres de 30 a 69 años y el director médico de la Red de Salud Mental de Álava explica que antes de decidir si se extiende al Servicio Vasco de Salud deben evaluar primero su eficacia.
Los resultados iniciales son prometedores ya que los participantes consiguen reducir su impulsividad –un aspecto clave para evitar recaídas– y además mejoran su memoria, su rapidez mental, se acostumbran a tomar decisiones y aumenta la unión y el respeto por el resto de compañeros del grupo, explica a Efe Juan Llorente, psicólogo clínico del COTA.
Jesús de Arana, el monitor que imparte el taller en el COTA, asegura que para los pacientes es una actividad «muy relajante», ya que durante la hora que están concentrados delante del tablero «se olvidan de sus angustias y de sus problemas».
Pero lo más «sorprendente» –apunta De Arana– ha sido ver cómo uno de los pacientes era capaz de resolver los ejercicios en medio de un brote paranoico que le hacía oír voces y delirar.
Beneficios
El objetivo del programa no es que los asistentes aprendan a jugar al ajedrez sino que mejoren sus funciones cognitivas y que no sufran recaídas.
Lo mejor de todo es que el efecto terapéutico del programa persiste cuando termina el taller porque lo que suele ocurrir es que acaban enganchándose al ajedrez y siguen jugando por su cuenta, apunta Fernando Mosquera.
«El ajedrez puede ser desde un juego de azar –cuando no sabes jugar– hasta un arte extremadamente sofisticado si eres un maestro de altísimo nivel y es su versatilidad lo que lo convierte en una herramienta ideal» para trabajar con estos colectivos, sostiene.
Además, «el ajedrez es la antítesis de la procastinación», es decir, de la tendencia a dejarlo todo para mañana, algo muy frecuente en las personas adictas, que eluden las responsabilidades y le pasan el marrón a otro, agrega Llorente.
Leontxo García, no olvida tampoco la experiencia que vivió hace años en una cárcel de Almería donde se probaron estas técnicas con reclusos peligrosos, a los que el tablero «transfiguró» y convirtió en presos «modélicos».
Uno de los internos cuya vida cambió gracias al ajedrez, Jose Manuel, le llegó a decir al salir de la cárcel cuando le concedieron la libertad provisional que el tablero era especialmente bueno para personas con tendencia a delinquir porque te enseña a pensar en las consecuencias de tus actos.
Leontxo García ve el ajedrez como un juego «infinito» con posibilidades terapéuticas y pedagógicas ilimitadas, y subraya que hay psiquiatras como Hilario Blasco, del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, que «recetan» ya ajedrez en su consulta todos los días.
Explica que Blasco ha publicado un estudio científico en el que concluye que en casos leves y moderados de THD el ajedrez puede suplir a los fármacos y en los casos más graves puede ayudar a reducir las dosis.
Fuente: ABC
El Alzheimer se puede prevenir con ajedrez
El Alzheimer, es una enfermedad que cada vez se presenta a edades más tempranas, se ha demostrado que puede combatirse con un ejercicio constante de nuestras capacidades intelectuales, y ¿qué mejor ejercicio para nuestro cerebro que practicar ajedrez? A pesar de los nuevos avances científicos en relación a esta enfermedad, siempre será lo más recomendable su prevención. Repasemos los principales beneficios que nos reporta este juego, además de por supuesto, la gran satisfacción personal que conlleva su práctica.
El hecho de que no se conozcan ajedrecistas de alta fuerza (ELO) que hayan padecido una enfermedad tan común, debería ser un dato lo suficientemente importante para que se ampliasen las investigaciones en relación a este tema. Desde una perspectiva cognitiva, está claro que la práctica de este deporte sólo puede suponer grandes beneficios para nuestras redes neuronales, pero además, los estudios más recientes demuestran que jugar al ajedrez interviene en la prevención del Alzheimer incluso más que otros juegos memorísticos presentes en el mercado.
Tiene una gran lógica si pensamos en todos los recursos psicológicos que ponemos en marcha cuando nos adentramos en este juego; no sólo ejercitamos la memoria, también la capacidad de análisis, concentración, estrategia, etc., y por lo tanto se produce una mejora evidente de las capacidades intelectuales. Al igual que es aconsejable un ejercicio físico para mantener a tono nuestro cuerpo ¿Por qué no considerar el ajedrez como el gimnasio de nuestra mente?
Pero ¿Qué dicen las investigaciones científicas al respecto de la influencia de este juego en las enfermedades neurodegenerativas? Es algo ya sobradamente aceptado la plasticidad de nuestro cerebro, así como la mejora de la función cognitiva con el entrenamiento de la misma. Pero el ajedrez va más allá, puesto que no sólo cumple a la perfección estas funciones, además se ha demostrado que con este deporte utilizamos partes del cerebro que, en principio, ni siquiera asociábamos a la inteligencia, como las descubiertas por el Instituto de Ciencia Cerebral Riken, en Japón. En la investigación realizada por este instituto han logrado asociar la práctica ajedrecística con el núcleo caudado, en el centro del cerebro, y no únicamente al córtex cerebral, lo cual supone una gran mejora de las funciones cognitivas del cerebro asociadas a la práctica del ajedrez.
El ajedrecista argentino Óscar Panno, Gran Maestro Internacional, dice lo siguiente: “No conozco a ningún ajedrecista de alta competición que hayan padecido o padezca alzhéimer… Es un tema que la medicina debería explorar más, porque evidentemente algo hace el ajedrez en las neuronas de las personas que lo practican para que el alzhéimer no pueda ingresar en esas mentes”
Ninguno estamos exentos de padecer esa terrible enfermedad que es el Alzheimer, por lo tanto, cualquier método preventivo es recomendable para paliar los futuros riesgos de padecerla y si es gracias a un juego que además nos puede regalar grandes momentos de realización personal, está más que justificada su implantación en escuelas, institutos y en nuestra cultura en general, pues no sólo prevenimos un trastorno neurodegenerativo que está a la orden del día y que cada vez tiene una aparición más temprana, además mejoramos nuestras capacidades intelectuales, tan necesarias para nuestra vida cotidiana.
Fuente: demedicina.com
Ajedrez y autismo: desarrollando el talento
Extracto del libro ‘Developing Chess Talent’ (“Desarrollo del talento ajedrecístico”) por Karel y MI Merijn van Delft
El ajedrez es un deporte muy apto para muchos niños y adultos con autismo, un trastorno del desarrollo del cerebro. El tema todavía carece de suficientes investigaciones científicas, también en el ámbito internacional, pero la experiencia muestra que el ajedrez sirve para estimular el desarrollo social, emocional y cognitivo.
¿Qué es autismo?
El autismo es un trastorno neurológico congénito. Los síntomas son: falta de habilidades sociales, la necesidad de una estructura fija, problemas con las emociones, la empatía, la auto-imagen, el lenguaje, poder de la imaginación y la locomoción. Los autistas tienen problemas para internalizar los estímulos sensoriales como conjunto. Los autistas a menudo tienen un campo limitado de interés, en el cual se pueden especializar profundamente. Para poder hacer frente a las complejidades del mundo exterior, los autistas buscan refugio en los hábitos y fórmulas fijas. Hablamos de los diferentes tipos de los Trastornos del Autismo. Existen la siguientes clasificaciones: autismo clásico, MCDD (Trastorno Complejo Múltiple de Desarrollo), el trastorno de Asperger y el PDD-NOS (trastorno generalizado del desarrollo no especificado).
Aproximadamente una de cada 200 personas padece un trastorno autista. Hay seis veces más niños que niñas que sufren del mismo. Cuanto mejor se adapta su entorno a sus necesidades, tanto más capaces serán los autistas de desarrollar sus cualidades.
El ajedrez es adecuado para los autistas
“El ajedrez definitivamente es apto como deporte para los autistas. Las reglas del juego están claras y no hay contacto físico, es bonito y tranquilo”, dice Heleen Kers de Apeldoorn. A través de Heleen, una docena de niños de De Ambelt, un colegio de educación especial, se han apuntado a la escuela de ajedrez De Schakel. “Les puedes enseñar las cosas de manera normal, pero hace falta darles atención individual. Y el profesor debe utilizar un lenguaje muy claro”.
En Putten, la ‘Fundación de Talentos Innovadores‘, organiza clases de ajedrez para gente joven con ASD (desorden del espectro autista). Esto se realiza en colaboración con el club de ajedrez PSV DoDo. La iniciadora Jacqueline van den Brink: “Muchas veces son capaces de pensar de manera muy lógica y eso encaja con el ajedrez. El juego es muy estructurado y analizable. Los autistas muchas veces son perfeccionistas. Cuando juegan al ajedrez, saben lo que están haciendo”. La experiencia de Poulien Knipscheer, entrenadora de ajedrez y pedagoga de Rotterdam es que es necesario expresarse de manera muy clara y dar muchas información. “Al enseñar a jugar al ajedrez a niños autistas, es mejor explicarles todo a la vez en lugar de ir introduciendo las reglas y sus excepciones poco a poco”.
El ajedrez es una herramienta fantástica para crear contacto mutuo, así la conclusión del coordinador de actividades recreativas, Wicher Struik, de la Casa Leo Kanner. “Al apuntarse a este pequeño club, tienen un sitio donde se sienten a gusto y esto refuerza su identidad”. Peter Hamers da clases de ajedrez en la Casa Leo Kanner como voluntario. “Para dar clases de ajedrez a autistas, el grupo de personas debería ser pequeño. Tienes que explicar con palabras claras, qué es lo que vas a hacer durante la clase y no te puedes desviar de ello. Sus logros con el ajedrez aumentan autoestima. Les hace sentirse más apreciados”.
Willem van der Hulst da clases de ajedrez a un grupo de cuatro chicos que tienen entre siete y doce años. “Lo más importante es tener paciencia. De vez en cuando están muy acelerados e impulsivos. Hay que explicarles claramente qué es lo que se espera de ellos. Además hay que motivarles porque muchas veces les cuesta tomar la iniciativa por su cuenta. Se puede ver lo bien que se lo pasan. Tengo la impresión que el ajedrez es muy bueno para su desarrollo, intelectualmente, socialmente y emocionalmente. También les da confianza en si mismos porque aprenden cómo es hacer bien una cosa”. El Centro InsideAut en Alkmaar tiene un club de ajedrez. A muchas personas que padecen de autismo les gusta jugar al ajedrez y lo hacen bien, dice la empleada Carola Zwartjes. “Aquí todo es seguro y tiene su estructura clara. En un club ‘normal’ las personas con autismo muchas veces se pierden el contacto social con los demás miembros del club”.
El MI australiano Alex Wohl ha entrenado al talento Trevor Tao durante los años noventa. “Tienes que explicar todo de la manera más simple posible”, comenta. “No debes esperar que ciertos conocimientos estén presentes o que algo será sobreentendido. Tienes que asegurarte siempre si captan o no lo que estás diciendo. Con muchos autistas es posible comunicarse muy bien, pero de una manera diferente”.
Fuente: Chess-Base
TDAH y ajedrez: rehabilitación cognitiva
“Doctor, si no lo estuviese viendo con mis propios ojos, no lo creería”. Ésta es una de las frases que más oigo en mi consulta en los últimos años. Son padres cuyos hijos tienen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), y que ven con sorpresa, que sus hijos son capaces de mantenerse concentrados jugando una partida de Ajedrez en consulta. “Si no lo veo, no lo creo” insisten. Sin embargo, es lo que nosotros nos encontramos al realizar el estudio: Jaque Mate al TDAH, y que coincide a pies puntilla con comentarios que le he escuchado a mi buen amigo Leontxo García en su peregrinaje apoyando el uso del Ajedrez Social y Terapéutico a lo largo y ancho del mundo.
A priori, el uso del ajedrez como parte del tratamiento del TDAH parece contra-intuitivo. Porque, si algo caracteriza a las personas con TDAH no tratadas es que generalmente evitan o se resisten a realizar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido y/o un grado de organización elevado. Y precisamente, tanto el esfuerzo mental sostenido, como la organización, son básicos para la práctica del ajedrez. Así, no es de extrañar que, en la guía práctica para padres de la FEAADAH se recomendase específicamente a los padres: “[…] no le sugiera juegos que requieran demasiada concentración, como el ajedrez o el dominó”. Pero entonces, ¿en qué quedamos?
¿Es bueno el ajedrez para las personas con TDAH?
Como casi todo en la vida, depende. En mi opinión, contraindicar los juegos o actividades que requieren de un esfuerzo sostenido a las personas con TDAH, es una barbaridad. ¿Deberíamos negar la lectura del periódico a un adulto con TDAH, sólo porque es incapaz de leer de manera continua, y es un “lector de titulares”? ¿Negamos entonces la lectura a los niños con TDAH? ¿No será mejor, tratar adecuadamente su TDAH, y entonces, recomendarles encarecidamente que, ahora sí, lean todo lo que puedan? He tenido pacientes que me han dado las gracias, con lágrimas en los ojos, por ser capaces de leer una novela por primera vez en su vida en la edad adulta, tras ser diagnosticados y adecuadamente tratados de su TDAH. “Doctor, que gran placer la lectura” me han comentado, avergonzados… La lectura, como el ajedrez, es una actividad que requiere de la atención, y del esfuerzo sostenido. Y no creo que nadie, menos un profesional experimentado, en su sano juicio, se atreva a contraindicar la lectura a una persona por tener TDAH.
Se trata de adecuar el esfuerzo mental a las posibilidades reales de esa persona en ese momento concreto.
Así, por mi experiencia de los últimos años, que se basa en el uso del Ajedrez como una herramienta terapéutica complementaria, y en el contexto del tratamiento multimodal del TDAH, puedo afirmar que el ajedrez no sólo es útil, sino que es muy recomendable para las personas afectadas por TDAH. El quid de la cuestión está probablemente en cuándo y cómo introducir el ajedrez en la vida de una persona diagnosticada de TDAH, y en quién imparte esas clases. Así, si la introducción del ajedrez se da en un niño que no está adecuadamente tratado, sobre todo si se trata de un niño con un TDAH moderado o severo, el ajedrez no será eficaz, y con total seguridad dirá que no le gusta. Él niño se quedará frustrado. Y los profesionales perderemos una herramienta de gran utilidad cuando es utilizada de la manera adecuada. No se trata, por lo tanto, de prohibir, sino de adecuar el esfuerzo mental del ejercicio propuesto (lectura, ajedrez) a las posibilidades reales de esa persona en ese momento concreto. En resumen, recomendar sin más, a una persona que aún no está adecuadamente tratada de su TDAH, jugar al ajedrez sin más, no tiene ningún sentido. Sería como pedirle a una persona que no realiza ninguna actividad física que mañana corra la San Silvestre. Probablemente será un completo fracaso, y esa persona será una más de esa legión de personas que dice que no le gusta el ajedrez sin haberlo conocido…
Si, por el contrario, la introducción del ajedrez se da en un niño o adolescente cuyo TDAH está adecuadamente tratado, que muestra al menos algo de interés por el ajedrez, y el profesor o monitor de ajedrez es capaz de adaptar su enseñanza a las características del menor con TDAH, el ajedrez beneficiará, y mucho a su hijo.
¿En qué beneficia el ajedrez a los niños con TDAH?
1. Mejora de los síntomas nucleares del TDAH
En primer lugar, los niños y adolescentes que practican regularmente ajedrez mejoran en los síntomas cardinales del TDAH (hiperactividad, impulsividad, e inatención), tal y como dejamos reflejado en un artículo que será publicado en breve en la Revista de Psiquiatría y Salud Mental. Pero no sólo.
2. Generación de hábitos
Aunque en nuestro estudio sólo usamos escalas para medir la sintomatología nuclear del TDAH, nos sorprendieron una serie de comentarios realizados por los padres de los niños y adolescentes que participaron en el mismo. Así, uno de los comentarios que nos llamó más la atención fue que los padres señalaban que el ajedrez ayudaba a sus hijos a “sentarse con regularidad a hacer los deberes”. Es decir, parecía ayudar en la generación de hábitos.
3. Entrena la toma de decisiones
Otro comentario interesante era que, aquellos menores que también practicaban otros deportes, como el fútbol, parecían mejorar sin esfuerzo en los mismos. No es de extrañar, porque la práctica regular del ajedrez podría ayudar a tomar las decisiones adecuadas. Sabemos que las personas con TDAH toman decisiones de manera irreflexiva, lo cual se relaciona con un funcionamiento inadecuado de su corteza prefrontal. En el ajedrez, como en la vida, se están tomando continuamente decisiones. Los errores en la vida, se pagan caros. En el ajedrez, salvo que uno se apellide Anand o Carlsen, y pierda el campeonato del mundo, ¡no tanto! Es decir, el ajedrez supone una plataforma segura para entrenar la toma de decisiones que posteriormente necesitamos en nuestro día a día. En el ajedrez, como en la vida, hay que ponderar diferentes alternativas antes de tomar una decisión. El ajedrez puede ayudar a ello.
4. Mejora de las competencias cognitivas y sociales
Además, el ajedrez mejora las competencias cognitivas y sociales, que son dos de las áreas más afectadas en los niños con TDAH. En un estudio realizado en Tenerife por Lorena García y colaboradores, la práctica regular del ajedrez resultó más beneficiosa que la práctica regular de baloncesto o fútbol en mejorar las habilidades cognitivas, capacidad para resolver problemas, y para adaptarse a la realidad. En otro estudio también se encontró que ayudaba a mejorar las relaciones interpersonales. Y es que, a diferencia de otros deportes, el ajedrez es un juego entre dos personas, con unas normas muy claras y en el que, generalmente, tras finalizar la partida, los contendientes se quedan analizando la partida, y cada uno de ellos aporta posibles jugadas que no quedaron reflejadas en el tablero. ¿Algo que ver con lo que vemos, lamentablemente, en los campos de fútbol con cierta frecuencia? Además, el hecho de que sea un deporte “a dos” facilita la interacción entre personas lo que hace que el ajedrez sea muy recomendable en personas con TDAH u otros trastornos en los que haya dificultades interpersonales (por ejemplo, en el síndrome de Asperger). De hecho, si alguien quiere que su hijo “funcione” bien en deportes de equipo y tiene unas pobres habilidades sociales, mi recomendación sería que empezase por el ajedrez y por otros deportes en los que la relación es principalmente 1 a 1 –tenis, judo, kárate-, y que, posteriormente, ya se integre en deportes “de equipo”.
5. Mejora de la autoestima y la tolerancia a la frustración
Por otra parte, la práctica regular de ajedrez también sirve para mejorar la autoestima –cuando se ganan las partidas o al menos, se hace un buen juego- y mejora la tolerancia a la frustración, y a regular y controlar los sentimientos o emociones que la acompañan –rabia, ira-, ya que, evidentemente, se pierden muchas partidas de ajedrez, lo cual obliga a nuestros pequeños ajedrecistas a que generen mecanismos de auto-regulación de su impulsividad. Además, la retro-alimentación es inmediata.
6. Mejora de la memoria visual y de trabajo
También es evidente que el ajedrez ayuda a mejorar las habilidades visuo-espaciales (memoria visual) y la memoria de trabajo. En la práctica del ajedrez es fundamental memorizar patrones de jugadas, que durante la competición, hay que recordar, intentando aplicar la mejor de las opciones disponibles. Asimismo, el ajedrez fomenta la planificación y organización. Es evidente que las posibilidades de éxito en ajedrez son mucho mayores si hay un “plan”. En fin, la vida misma…
Fuente: tdahytu.es
Como favorece el ajedrez, a las personas con síndrome de Down.
Además de laborar cotidianamente en una compañía de seguros, recibir un sueldo, así como todas las prestaciones de ley, Natalia López Saldivar y Édgar Garrido García, de 25 y 31 años respectivamente, son los ganadores del II Torneo de Ajedrez en la Categoría Rey (Comunidad Down).
Ambos se integraron al proyecto que hace cinco años emprendiera la Escuela Nacional de Ajedrez ESNAJ y la Comunidad Down A.C, comprobando con esto que son tan capaces como el que más, a pesar de que el síndrome de Down (SD) es considerado hoy en día por muchas personas como un buque insignia de la discapacidad intelectual.
Contrario a esto último, y a la vista de los importantes avances conseguidos en el desarrollo y educación de las personas con SD durante los últimos 25 años, informes de la Fundación Iberoamericana Down 21 indican que es absolutamente vital que los profesionales que atienden a un niño con SD y a su familia en los primeros momentos de su vida destaquen e insistan de forma muy especial en los aspectos positivos y en las capacidades reales que ese particular niño será capaz de desarrollar a lo largo de su niñez, juventud y adultez, y no tanto en los problemas que quizá puedan sobrevenir.
En este sentido, e integrados a la Comunidad Down desde los primeros años de su vida, Edgar Garrido y Natalia López Saldívar aprendieron a trabajar en este lugar reconocido como una de las instituciones más serias y humanitarias frente al Síndrome de Down, inclusive se manejan becas al 100 por ciento para personas de escasos recursos.
Un proyecto exitoso.
Para desarrollar el proyecto ajedrecístico se comenzó con un tablero pintado en el patio de la escuela, donde aquellos que se integraron al programa (alrededor de 50 alumnos de todas las edades) hacían con sus cuerpos la representación de cada pieza al caminar por la dualidad blanca y negra, como lo hacen normalmente en el juego las piezas.
“La estrategia inicial consistió en capacitar a los docentes de la mencionada institución para que, con su experiencia y manejo del Síndrome de Down, fueran los ejes fundamentales para dicha labor, comenta Ana María Olivera, directora de Comunidad Down A.C.
Posteriormente se incorporó la asignatura de Ajedrez en el programa escolarizado de la Comunidad para introducir la enseñanza de conceptos y estrategias de aprendizaje, valores de las piezas, mates básicos y a jugar partidas con reloj estableciendo un ritmo de cinco minutos por jugador, y se organizó entonces el Primer Torneo de Ajedrez Comunidad Down 2007-2008 que comprendió siete rondas con un ritmo de cinco minutos para cada jugador por partida.
Con un sistema suizo a cinco rondas con reglas de ajedrez blitz donde el jaque no se avisa y se permite comer al rey, “el reloj implicaba excesivos estímulos para ellos, y se decidió no incluirlo en el aprendizaje”, explica por su parte Osbaldo Almanza Mata quien es profesor de ajedrez de ESNAJ.
“El ajedrez permite que el cerebro adquiera gran destreza mental; es decir, la Escuela Nacional de Ajedrez procura educar inteligencias activas y sanas; para ello, se adquiere una mejor agilidad mental por el continuo repaso de los efectos que producen las piezas sobre el tablero y la repetición objetiva origina que la función psicomotriz se acentúe y se alcance el propósito de aprendizaje. Para el ajedrecista, con o sin Síndrome de Down, un error entendido probablemente nunca se repita, y se vea en la obligación de afrontar una permanente dinámica de toma de decisiones. El ser poseedor de una mente abierta, despierta conduce a enfrentar un mayor número de partidas rápidas.
Lo que está en juego.
En el acto de “jugar” no sólo se presentan procesos analíticos; sino que varios sentidos se manifiestan, sea en el tacto de las piezas, en la vista y control mental de los escenarios dispuestos, la mente guía al cuerpo, conjuga los dos hemisferios cerebrales, donde se reparten respectivamente las funciones temporales y atemporales, lo matemático y lo artístico, lo cuantitativo y lo cualitativo”, agrega Almanza Mata.
La ESNAJ fue fundada por el ingeniero Alfonso Ferriz Carrasquedo, campeón en ocho ocasiones en México y capitán de la selección nacional de ajedrez, y por su hijo Alfonso, quien fue campeón juvenil en Estados Unidos.
“Aquella idea que se originó hace algunos años ha dado como resultado que los jóvenes con SD asuman el ajedrez como una actividad recreativa que contiene aspectos formativos, es decir, el cerebro de los niños adquiere una gran destreza mental, y se educa una inteligencia activa y sana”, explica Almanza.
Para Ana María Olivera Martínez, directora de la Comunidad Down, todo sistema pedagógico debe propiciar el incremento de la agilidad mental y desarrollo de habilidades del pensamiento resolutivo, así como el respeto al oponente y a las reglas del juego, educar en la tolerancia a la frustración, al error, a la armonía y sensibilidad ante el fracaso.
La experiencia personal. .
Olivera Martínez, en particular, tiene un hijo de 38 años con Síndrome de Down, al que describe como un hombre seguro, e independiente. Sin embargo, también reconoce que en México falta una mayor difusión y conocimiento del SD, toda vez que a pesar de los avances es necesario sensibilizar a la sociedad, que aún manifiesta rechazo frente ellos.
Ricardo labora como mesero en un restaurante hace aproximadamente nueve años, recibe un sueldo por ello, y con el dinero que gana satisface en general sus necesidades.
Édgar, a su vez y por ahora, no solo se ocupa de sus necesidades particulares, sino que con su sueldo apoya económicamente a su padre, madre y hermanos. A Natalia el fruto de su trabajo en la aseguradora le permite organizar una fiesta en su cumpleaños, en la que invita a aproximadamente 100 amigos. Esto lo ha hecho todos los años, desde que comenzó a trabajar.
Hoy, Ricardo se define como un hombre capaz de sentirse bien con su persona, dispuesto a enfrentarse a sucesivos retos, y con la capacidad de asumir su propia responsabilidad.
Olivera Martínez recuerda que hace 38 años, cuando los médicos le informaron que su hijo Ricardo tenía Síndrome de Down, añadieron que no se esforzara demasiado por atenderlo pues “su enfermedad le permitiría vivir cuando más 15 años”; no conforme con este comentario pues a su entender el Síndrome de Down no debe entenderse como una enfermedad sino como una condición, fundó en 1976, junto con otros padres, la Comunidad Down, desde la cual hoy dirige a 73 personas, el menor de ellos de un mes de nacido y el mayor con 54 años.
“Con el avance de la ciencia -dice Olivera Martínez-, los cuidados adecuados, la atención oportuna, el acceso a atención médica, actividades educativas, recreativas, deportivas, culturales y el apoyo de los padres han hecho que su expectativa de vida pueda ser como la de cualquier otra persona, aunque tienen más riesgo de presentar enfermedades que el resto de las personas debido a la fragilidad que presentan en su sistema inmunológico. Pretendemos lograr un impacto en la sociedad para la aceptación de una persona con este síndrome”.
Incidencia del SD.
En circunstancias normales, nadie esta exento de tener un hijo con Síndrome de Down. La incidencia de este síndrome en nuestro país es de 1 de cada 600 nacimientos, y no existe relación alguna entre el Síndrome de Down y el nivel social, económico, cultural, grupo étnico, religión o raza. Es también, después de la parálisis cerebral, el trastorno de desarrollo más frecuente.
Antes de los 25 años de edad de la madre la incidencia de nacimientos de niños con Síndrome de Down es de aproximadamente 1 en 1400, a los 35 sube a uno de cada 350, y después de los 40 llega a ser uno de cada 100 nacimientos. El riesgo de los padres de un hijo con Trisomía 21 de tener otro hijo con Síndrome de Down es del 1%.
Es recomendable practicar un análisis cromosomático cuando las mujeres embarazadas son mayores de 35 años o existen antecedentes familiares, refiere al respecto Integración Down I.A.P.
Datos actuales de la Fundación Iberoamericana Down 21 permiten afirmar que la mayoría de las personas con SD funcionan con un retraso mental de grado ligero o moderado, a diferencia de las viejas descripciones en las que afirmaba que el retraso era en grado severo.
Este cambio se debe tanto a los programas específicos que actualmente se aplican, como son la estimulación y la intervención temprana. Tiene que ver también la apertura y enriquecimiento ambiental que, en conjunto y de manera inespecífica, están actuando sobre los niños de la población general, incluida el que tiene síndrome de Down.
Lo que resulta más esperanzador es comprobar que cuando la buena acción educativa persiste, no tiene por qué producirse un deterioro o regresión al pasar de la infancia al niño mayor y al adolescente. Si se tiene en cuenta y se comprende el valor del llamado coeficiente intelectual se comprende que vaya disminuyendo conforme crecen las personas con SD, a partir de los 10 años.
Pero la utilización de la edad mental ayuda a entender el paulatino enriquecimiento intelectual de estos alumnos.
“La primera pregunta que me hace la gente cuando les digo que doy clases de ajedrez a niños con Síndrome de Down, es ‘¿en serio, juegan?’ Yo respondo que pueden entablar una partida con cualquier persona, porque muchos tienen miedo a jugar ajedrez y ellos no, quizás porque no les gusta perder, pero entienden que también no siempre se gana, y no son ególatras” dice Almanza, quien ha sido testigo de cómo estos jóvenes han hecho grandes jugadas de vida.
Fuente: El universal.com.mx